Durante muchos años, y desde una óptica machista, se ha considerado que decir piropos a las mujeres es un reconocimiento a su feminidad. No obstante, los nombrados piropos son una violación directa al espacio de otra persona por más que lo maquillen como reconocimiento social. Hoy en día aún es lo mas normal del mundo que las mujeres sufran este tipo de agresión en su día a día. Cada piropo es una invasión, una falta de respeto, un intento de someterla, de reducirla a objeto sexual de uso y abuso por parte del hombre…
Las tres performances plantean temáticas actuales rindiendo un homenaje a la neovanguardia teatral de la segunda mitad del siglo XX: poesía silábica, comunicación onomatopéyica, transformación corporal, imágenes impactantes y “minimal music” ayudan a construir tres acciones radicalmente diferentes en sus puestas en escena unidas por un mismo nexo temático: la mujer.