El título de la obra viene exactamente porque no sabíamos qué íbamos a realizar, así que me acogí a esta expresión, la cual me exime de tener que responder. Luego entendí que las escenas son muy sugerentes y que, por sí mismas, podrían tener muchos significados. Entonces pensé que debería dejar abierta la posibilidad de que el público por sí mismo rescatara sus propias sensaciones y conclusiones y no darles desde primera hora, una historia o dramaturgia preconcebida.
Si tuviera que decir algo sobre la dramaturgia, posiblemente diría que hacemos una alegoría a la vida, cualquiera que fuese. La de un cenicero, un lápiz, una persona, un ordenador… y el tiempo relativo de ésta. Viéndola desde este punto vista, la obra no deja de ser un viaje, igual que la vida. Comparándola con otros viajes surrealistas como “El País de las Maravillas” o “El Paseo de Buster Ketton”.
Pero, en definitiva, no deja de ser una excusa para poder realizar un espectáculo flamenco, con una puesta en escena diferente, con un espacio de ámbito “Daliniano” donde los objetos inertes cobran vida, la quietud está en un manto de agua y el tiempo polvoriento cubierto por una sábana.
Domingo 23
Hora: 19:30
Duración: 60
Lugar: Gran Teatro Falla
Dirección:Plaza del Falla s/n
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