Somos hermanas bivitelinas y vitalicias. ¿Más hermanas que amigas? ¿Más amigas que hermanas? ¿Qué buscas, her-
mana? ¿El amor, la muerte, la redención, la revancha, la reinterpretación, la metáfora? ¿Buscas en la memoria de los re-
cuerdos? ¿Qué cordeles hay que desatar? ¿Cómo usaremos las manos? ¿Llegas grotesca, salvaje... o amable? No
acabo de... ¿Qué buscas tú, hermana mía? Yo, en realidad, no lo sé. No sé si amar. No sé si odiar. No sé si confundir,
querer confundir. No sé si confundo al mundo y a las gentes que lo habitan. O el mundo me confunde a mí. Quizás la
gran magia sería el juego. La perspectiva lúdica. Schiller: «el ser humano sólo lo es cuando juega, el ser humano sólo
juega cuando es libre». Busquémoslo. Hermana, las luces se apagan. Juguémoslo todo. Pero una cosa, un secreto,
antes de empezar...