Luchando bajo el peso de la sombra,
un manantial cantaba.
Yo me acerqué para escuchar su canto,
pero mi corazón no entiende nada.
(F.García Lorca. El Manantial)
¿Tan pronto te has cansado de ser un
Dios?
(Richard Wagner . Libreto de
Tannhäuser)
Estos destinos que acaban el peregrinar de
sus vidas, fueron depositados como órganos deteriorados en este geriátrico
aséptico, sin más esperanza que la sedación paliativa que los desintegre en la
nada.
Los tratamientos, las sesiones de
rehabilitación y terapias (entre ellas las artes como ejercitación corporal o
entretenimiento) ocupan rutinariamente el ocaso de sus días.
Sin embargo de esas vidas reducidas a
mecanismos orgánicos no han podido abolir totalmente la contraindicación de
soñar. Y algunos deciden desertar de la defunción medicamente certificada,
intentando una escapada más allá del horizonte material que clausura su tiempo,
emprendiendo un arriesgado viaje hacia la libertad perdida, que les hace
recuperar la fe como dimensión humana. Vivir en la intemperie del alma.
Una obra que se inició con ensayos abiertos
al público en la Bienal de Venecia y conforma con la anterior de El Régimen
del Pienso una ácida crítica a un mundo deshumanizado y sin trascendencia.
Donde los historiales clínicos suplantan toda biografía y el arte, mutilado de
su sentido espiritual, es un engranaje más de esa maquinaria de aniquilamiento.
Con esta obra,
Juan, aventamos tus cenizas, con la esperanza
de que germinen en
el corazón de quien contemple.
In Memoriam Juan de La Zaranda, 1954-2013
Jueves 22
Hora: 22:00
Duración: 80
Lugar: Gran Teatro Falla
Dirección:Plaza del Falla s/n
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