La Maki le ha hecho un traje de luces a Curro para pasear al Fari, el toro que encontraron siendo un becerrito y que ya
ha crecido. Toda la familia participa del paseo y, viendo la algarabía que se ha montado, Curro decide pedir disculpas al
público, lo que les lleva a contarles cómo encontraron al animal, por qué lo tienen y su convivencia. Curro, ya que está
vestido de luces, tiene un toro y hay espectadores, quiere aprovechar para darle unos lances y demostrar que podía
haber sido una figura del toreo, a lo que la Maki, con reticencias, accede. La faena no comienza siendo del agrado de
Curro, ya que Fari, al estar amaestrado por su mujer, no se presta a ser toreado. Finalmente, tras unos capotazos, Curro
se entusiasma y quiere «rematar» la faena, lo que le lleva a un conflicto en el que le expresa a su mujer que está harto de
verduras y que tiene ganas de comerse un plato de carne al toro. La Maki le desafía pidiéndole que sea el público quien
decida si se come la carne al toro o sigue comiendo menestra.