Teatro La Candelaria se fundó en 1966 por un grupo de artistas e
intelectuales independientes provenientes del naciente teatro experimental y
del movimiento cultural.
Este grupo inició labores en un galpón de la calle 20 con el nombre de
Casa de la Cultura. Allí funcionó durante dos años alternando el teatro con la
música y las artes plásticas.
Durante los primeros cuatro años se montaron obras de vanguardia. Los
críticos del momento calificaron esta etapa como: “El acceso a la modernidad
del Teatro Colombiano” Obras como: “Marat-Sade” de Peter Weiss, “La manzana” de
Jack Gelber, “La cocina” de Arnold Wesker, “La historia del zoológico” de
Eduard Albee y “El triciclo” de Fernando Arrabal, constituyeron parte del
repertorio de los 60´s y movilizaron decenas de estudiantes e intelectuales a
la Casa de la Cultura.
Por supuesto, desde los inicios del grupo se tuvo como preocupación
fundamental trabajar paralelamente por el acceso del público popular al
teatro y por la apropiación de la dramaturgia nacional. Se hicieron
adaptaciones de obras nacionales como “Soldados” y “El padre” de Álvaro Cepeda
Samudio, dirigidas por Carlos José Reyes y algunos experimentos que se
denominaron “mágicos”, que eran experiencias libres de crear conjuntamente
entre teatreros y artistas de la
plástica.
Entre 1966 y 1970 varios teatreros, algunos surgidos de LA CANDELARIA y otros
provenientes de escuelas de teatro de Europa y América Latina, iniciaron la
construcción y adaptación de nuevas sedes en Bogotá y Cali.
A partir del 68 La Casa de la Cultura se instala en una sede colonial
propia en el barrio La Candelaria del centro de Bogotá en donde se adaptó una
sala para 250 espectadores. A partir de allí toma el nombre de TEATRO LA
CANDELARIA.
Al finalizar la década de los 60´s LA CANDELARIA emprende
sistemáticamente la creación de obras originales de dramaturgia nacional con el
método de creación colectiva y participación en la formación de la Corporación
Colombiana de Teatro.
La incursión en temas míticos y la aprobación consciente de
situaciones y personajes nacionales produjeron un fenómeno masivo de movilización
de público que permitió, en muy poco tiempo, despertar el interés por LA
CANDELARIA y por el movimiento teatral nacional a lo largo y ancho del país y
por parte de numerosos Festivales y eventos Internacionales.
El trabajo de creación colectiva y la producción de materiales
teóricos por parte de La Candelaria y del movimiento teatral constituyeron una
verdadera escuela de formación y creación teatral en América Latina.
A partir de 1982 algunos de los integrantes del grupo escriben y montan sus
propios textos. De allí surgen, por ejemplo: “El diálogo del rebusque”, escrita
y dirigida por Santiago García, “La tras-cena, escrita y dirigida por Fernando
Peñuela. “El viento y la ceniza”, escrita y dirigida por Patricia Ariza y “La
trifulca”, de Santiago García, entre muchos otros.
También se hacen algunas experiencias en Danza - Teatro como la “Historia
del soldado!”, de Stravinski – Ramus en coproducción con la Orquesta Filarmónica de
Bogotá.
Las obras nacionales del repertorio, la búsqueda de nuevos leguajes
expresivos y la producción de imágenes de nuestro entorno, reconocibles por el
público han transcendido hacia adentro y hacia fuera. Numerosos festivales del
mundo se interesan por LA CANDELARIA y decenas de investigadores visitan
al país y al grupo para estudiar los procesos de montaje, las metodologías de
trabajo y las obras.
Paralelamente, tanto en el grupo como en el movimiento Teatral se
desarrollan manera sistemática investigaciones sobre la práctica teatral a
través de talleres, seminarios y encuentros.
LA CANDELARIA, mantiene el repertorio, la experimentación y el debate
como hechos constitutivos de la creación artística.