Fue en 1994 cuando el bailarín
ingresó en el American Ballet
Theater (ABT) y desde entonces ha
interpretado los principales papeles de las obras más populares del repertorio
clásico. No sabía entonces, un jovencísimo Ángel Corella de 19 años, que el
público neoyorkino se convertiría desde el principio en un gran aliado. Desde
su primera actuación en el Metropolitan Opera House de Nueva York con el ballet Giselle,portadas de revistas,
público y crítica arropan sus interpretaciones con entusiasta respuesta.
También ha recibido un premio Emmy por el ballet El lago de los cisnes y su emisión en la televisión
americana PBS. Hasta el ABT llegó después de ganar la medalla de oro en el
Grand Prix de la Villa de París. Entre los miembros del jurado, se encontraba
la mítica bailarina rusa Natalia Makarova, que entusiasmada con la intervención
de Corella, le puso en contacto con el director del ABT. El bailarín cautivó a
Kevin McKenzie con su interpretación y poco después se convertía en solista de
la prestigiosa compañía americana.
Alternó sus interpretaciones en
el ABT con las de estrella invitada en el Royal Ballet de Londres, el Ballet de
la Scala de Milán y el Australian Ballet entre otras compañías.
En 2008 fundó su propia
compañía, Corella Ballet Castilla y León, posteriormente transformada en
Barcelona Ballet, hasta 2014 en que fue disuelta.
Premio Internacional “Benois de
la Danse” 2000 y Premio Nacional de Danza en la modalidad de interpretación en
2002, el bailarín preside desde 2001 la Fundación
Ángel Corella destinada a formar
a jóvenes bailarines.
Desde 2014 es director del
Pennsylvania Ballet.
www.angelcorella.org